LA FRANQUEZA
Don Francisco Gregorio de Salas,
bosquejó el carác ter aragonés con tanta naturalidad y llaneza como falta de
animacion y poesía , en la siguiente décima.
¡El aragonés osado
Todas las cosas emprende
Con tesón, y las defiende
Con tesón, y las defiende
Con espíritu arrestado:
Testarudo y porfiado
Testarudo y porfiado
A nadie cede su gloria,
Y para formar su historia
Jamas perdona fatiga;
Yaspíra siempre d la intriga,
Al dominio y la memoria.»
Jamas perdona fatiga;
Yaspíra siempre d la intriga,
Al dominio y la memoria.»
Acordes con la verdad de este cuadro en general, no lo
estamos repecto á la intriga que Salas nos atribuye, y por eso hemos copiado en
bastardilla el penúltimo verso de la décima; pero
de esto hablaremos despues.
Lo primero que llama la atencion
del que observa por primera vez a’ los aragoneses, es ese aspecto de austeridad y aun de fiereza, que forma, digámoslo así, la corteza exterior de su
carácter.
No hay que buscar en ellos ni
zalameria en la conversacion, ni delicadeza en las maneras, ni suavidad y
dulzura en las costumbres: su exterior grave, y si se quiere, adusto y dcsabrido,
anuncia desde luego un temple de alma particular á que nosotros, .’a falta de
otro nombre, hemos dado el de austeridad y de fiereza; pero una fiereza que no
está reñida con la dignidad , y una austeridad igualmente distante de la
barbarie que del extremado refinamiento de las costumbres. El aragonés es un
medio entre el hombre de la naturaleza y el hijo mimado de la cultura y
civilizacion moderna.
Esa rigidez, esa austeridad y
dureza de que hablamos, sube todavía de punto si se atiende a su conversacion y
a sus hechos. Enemigos de la palabreria , acostumbran a hablar poco, pero
cuando una vez sueltan la lengua, no se detienen en manifestar de pe a pa todo
cuanto les ocurre , aunque sea a costa de ofender a’ la persona á quien se
dirigen; ni dejan de decir lo que sienten con la mayor lisura y llaneza, y del
modo mas esplícito y paladino , desechando toda
especie de consideracion y de rebozo, cualquiera que sea el asunto de que se
trate. La franqueza es uno de los rasgos mas
característicos del pue blo aragonés: un deudor
citado á juicio no niega la deuda que el acreedor le demanda, aun sin documento
en que hacerla constar; dice que no ha podido pagarle , y a’ eso se reduce toda
su contestacion: cn los resentimientos particulares, el que se cree ofendido
tiene buen cuidado de anunciar al ofensor las terribles consecuencias de su enojo ni trata de disimular su cólera. Esa franqueza
es, como hemos dicho, trascendental .’¡ su conversacion: las palabras
están en armonía con lo que interiormente sienten , y aun por eso se dice de
los aragoneses que ni tienen pelos en la lengua, ni se detienen en decir un
descaro al hijo del sol.
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